“La policía tenía una función medular”
César Sivo, abogado querellante en representación de
las víctimas que pasaron por el circuito represivo de Necochea la comisaría 4ª
de Mar del Plata y la Cueva, pidió penas que van de los 12 años hasta la
prisión perpetua para los imputados militares, policías y un civil asimilado al
ejército. Además solicitó la revocación de las domiciliarias y sentenció que
“una sociedad no puede convivir con asesinos impunes”.
El petitorio
coincidió con el de la fiscalía para los ex militares Alfredo Manuel Arrillaga,
Leandro Marquiegui, Eduardo Blanco, Jorge Toccalino, Ernesto Agustoni, José
Beccio; y al ex integrante de la CNU- Triple A, asimilado al Ejército, Nicolás
Caffarello, para los que, según Sivo, les corresponde la prisión perpetua.
Además requirió una pena de 25 años para el ex militar Fortunato Valentín
Rezzet y otras menores para los policías imputados: 22 años para Ernesto Orosco,
20 para Marcelino Blaustein, 15 para Héctor Bicarelli, 15 para Héctor Carlos
Cerrutti, 12 para Aldo Sagasti y 12 para Mario Larrea. Todos con accesorias
legales, costas y prisión efectiva en cárcel común.
Durante el alegato hizo principal hincapié en el rol
de la policía provincial, dado que el del ejército había quedado extensamente
probado en la exposición del Ministerio Público. “La policía era la única
fuerza que estaba en cada parte del territorio del país. No tenía una mera
colaboración para cortar el tránsito en los operativos. Tenían una función
medular. Tenían torturadores y un aparato de inteligencia que brindaba la
información a las Fuerzas Armadas. La primera fuente de información es la
policía local”, describió.
Además Sivo afirmó que “este es un juicio sobre
desaparecidos; sobre la tortura, los torturados y los torturadores; sobre
violaciones y sobre apropiaciones. No son delitos comunes”. En tanto que
explicó que debe comprenderse dentro de la teoría del derecho penal
internacional, según la cual no se trata de un genocidio si no de delitos
contra la humanidad. “Te mataban por pensar distinto, no por pertenecer a un
grupo étnico. Cada víctima tiene su individualidad”, explicó.
Autor/fuente: Lisandro Contreras/ Juan Marco
Candeloro
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