“La
obediencia debida ya no tiene ninguna validez”
En las réplicas a los alegatos de las defensas, las
querellas y la fiscalía coincidieron en que los argumentos de aquellos no
conmueven las acusaciones por tratarse de cuestiones ya resueltas en causas
previas. Sin embargo realizaron algunas respuestas como que “ya no queda
ninguna duda de que esas leyes de obediencia debida y punto final no tienen
ninguna validez y ninguno de los imputados puede ser beneficiado por ellas”,
aseguró César Sivo en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos (APDH).
“Estamos haciendo una acusación sobre delitos de más
de 35 años atrás justamente porque son imprescriptibles”, aclaró, mientras que
sentenció que “las dificultades probatorias son responsabilidad de los mismos
criminales”. También dijo que la “línea de trabajo de los defensores en
Argentina es la misma que la de los defensores de los jerarcas nazis en Nuremberg”.
Por su parte, el fiscal Juan Manuel Portela aseguró
que el pedido de exclusión probatoria sobre el testimonio de ex conscriptos,
como sucedió con la causa contra Gregorio Rafael Molina, “ya fue resuelto por
el Tribunal en el momento en que se decidió tomar las declaraciones” y se han
incorporado al debate.
Además, en la misma línea que Sivo, el representante
del Ministerio Público consideró que “pretender que pasados 30 años se pueda
hacer una pericia física o psicológica sobre las víctimas para acreditar el
delito parece más una cuestión retórica que un argumento válido”.
En tanto que Alberto Rodríguez, representante de la
querella del Colegio de Abogados de Mar del Plata respondió a las críticas de
los defensores sobre la participación acusatoria de esta institución. “El
Colegio debe velar por las garantías constitucionales y nosotros hemos visto el
avasallamiento del Estado de derecho. La abogacía hemos venido a defender el
Estado de derecho. Ese es el mandato del Colegio de Abogados”, manifestó.
Por último Gloria León, en representación de la
Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, expresó que “las motivaciones de
este juicio no son el odio ni los deseos de venganza. Es el deseo de la
realización de justicia”.
Autor/fuente: Lisandro Contreras/ Juan Marco
Candeloro
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